martes, 4 de junio de 2013

Nuestras invitaciones

Se cumple justo un año desde que decidimos casarnos (bueno, realmente desde que mi ya casi maridito me lo pidió). Así que qué mejor forma de celebrarlo que mostrando el proceso completo de la creación de nuestras invitaciones.

(Podéis ver las fotos más grandes pinchando sobre ellas)

En nuestro caso, lo primero que hicimos fue elegir la temática en torno a la que girarían todos los detalles de la boda y después buscar posibilidades para las invitaciones. Vimos algunas en venta, que se ajustaban bastante bien a lo que queríamos pero no al precio que nos parecía racional pagar por ellas. Así pues, lo primero que hice fue hacer un sondeo de los precios de las imprentas, queríamos que el acabado fuese totalmente profesional y refinado a pesar de que fuésemos a hacerlas nosotros. Visto que el precio sí nos convencía, nos lanzamos al proceso creativo...


Cogiendo ideas de varias invitaciones que nos gustaron, compusimos las nuestra con un primer boceto en papel (soy toda una artista del retrato jejeje).

Después me puse con Photoshop y aquéllo ya tenía mejor pinta...


Hicimos alguna prueba de impresión en casa, aunque sin mucho éxito, pues los colores no tenían nada que ver con los originales. IMPORTANTÍSIMO hacer una prueba de impresión en la misma imprenta para cerciorarse de que los colores elegidos quedan bien en el papel, que no tiene una gama tan amplia como la pantalla.


Todo esto así contado parece que estuvo hecho en una tarde, pero la realidad es que fueron muchas horas de dedicación hasta alcanzar el resultado final.

Y tan importante como la invitación en sí es cómo se presenta, su envoltura: el sobre. Nuestro principal problema con esto fue que el tamaño del díptico no era estándar ¡ERROR! Así que tuvimos muy muy pocas opciones a la hora de elegir sobres. Nuestra salvación fue la web sobres.es, que además nos envió un par de muestras de forma totalmente gratuita.

Nos gustaba el papel kraft, que además de estar muy de moda tiene un aspecto un tanto informal que nos encajaba perfectamente. ¿Y cómo hacer que el resultado no sea tan tosco? Pues tomando algunas ideas de Internet, añadimos una puntilla y una cuerda. Más de 30 metros de puntilla y  50 de cuerda, cinta adhesiva de doble y ¡manos a la obra!





Un gran trabajo en equipo para preparar casi 120 invitaciones. Un proceso largo en el que tuvimos algunos "percances" pero que, en general, hemos disfrutado (o al menos yo).

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