viernes, 18 de octubre de 2013

Paipays

Una de las cosas que preparamos con mayor antelación fueron los paipays que se repartieron a las mujeres a la llegada de los invitados. Un gran acierto para el mes de julio aunque no llegase a sofocar por completo el calor tan intenso que hizo (era de esperar un 6 de julio...).

Comenzando el diseño con Photoshop
Pruebas de impresión en casa

Siguiendo con la temática viajera y tomando algunas ideas de internet, decidimos que simularían las antiguas tarjetas de embarque de los aeropuertos (con el chek-in online y otros inventos casi están desapareciendo). Y para evitar tener que recortar, los encargamos a la imprenta como dípticos y así sólo había que meter el palo dentro y pegarlo. Pedimos dos pruebas, en diferentes tipos de papel, y finalmente elegimos el mismo que las invitaciones, de 300 g, que era suficiente para que con su tamaño y la longitud del palo no se deformase al abanicarse.

El 5 de noviembre (sí, 7 meses antes de la boda) ya teníamos los dípticos en casa

Para pegarlos empezamos utilizando celo de doble cara, ya que el pegamento de barra es muy flojito y el líquido podía traspasar el papel y dejar un mancha. Pero cuando tienes tanto trabajo por delante, había que buscar algo más práctico... En un almacén de papelería compramos adhesivo con aplicador (que yo sepa los hay de Pritt y de APLI) y era rapidísimo y muy limpio.

¡Qué aplicadito mi chico!

Lo primero los agujeritos con la troqueladora

Los palos, los compramos en un gran bazar chino, igual que la cinta de raso que colocamos. Y lo más difícil de conseguir fue la troqueladora en forma rectangular para hacer los agujeros por los que pasamos las cintas (perfectamente a medida). Después de dar muchas vueltas acabé comprándola por internet, aunque no compensaba por los gatos de envío, pero no me quedó otra opción. La web donde la compré es ésta: http://melocreaciones.com

Ponemos un poquito de cinta a un lado del palo

Lo pegamos y ponemos también por el otro

Cuatro trocitos en las esquinas

Cerramos y presionamos un poco

Pasamos la cinta y atamos con un nudo doble

Et voilà! Ya podemos abanicarnos

Una vez que estuvieron preparados, los metimos en una caja y pasaron varios meses metidos en el armario, esperando a que llegase "su gran día". Los colocamos en una gran cesta de mimbre y pedimos a dos amigas que los repartiesen cuando la gente fuese entrando a la ceremonia. ¡Gracias chicas por vuestra ayuda!

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